lunes, 14 de mayo de 2007

Tu Futuro

Ver hacia el pasado no solo debilita, si no que es peligroso. Uno de mis deportes favoritos es hacer bicicleta montañera. A veces, mientras he estado montando en terrenos que requieren de mucha concentración, he volteado para ver si alguien me sigue, y la sensación es de completa inestabilidad. La vida requiere que pongamos nuestra mirada en el porvenir. De igual modo, ver y soñar en el futuro y no actuar, también debilita y frustra. La Biblia dice: “La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido.” Proverbios 13:12

Cuando miramos y vivimos demasiado en el pasado, muy pronto nos encontramos yendo hacia allá. Nuestro destino siempre está en el futuro, nunca en el pasado. Yo me he dado cuenta que cuando reflexiono en el pasado para lamentarme por algún suceso, lo único que logro es retrazo; es una perdida increíble de energía, que de otra forma puede ser usada para avanzar en el futuro, para pensar, planear, actuar.

El pasado siempre va a ser de la forma que fue. Nunca podremos cambiarlo. Nuestro futuro tiene todo el potencial de hacernos feliz; todo depende de nuestra disposición y actitud hacia el porvenir. ¿Cuál es la diferencia entre un bombero que entra a una casa en llamas, y los que salen de la casa huyendo? Uno entra al peligro porque quiere salvar una vida, y el otro huye del peligro porque quiere salvar su vida. Uno entra al océano, porque disfruta bucear y ver la vida acuática; otro no entra al agua por temor a los tiburones y a lo desconocida. “Actitud, amigo y amiga, actitud.”

No trates de cambiar el pasado, es inútil. Pero si puedes cambiar tu futuro. Mira lo que dice el libro de Eclesiastés 7:10:”Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.” El mejor amigo de la depresión es el pasado. Si nuestros pensamientos están llenos de melancolía y tristeza por los sucesos del pasado, nuestra mira hacia el futuro va a estar empañada, impidiendo ver la visión clara hacia donde debemos ir.

Jesús sabía de antemano su futuro, y cuando su día estaba cerca para ir a Jerusalén y cumplir su propósito, la Biblia nos dice que él “afirmó su rostro para ir a Jerusalén.”

David en los salmos dijo: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.” Salmos 90:12

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