jueves, 24 de mayo de 2007

Práctica

A menudo, la respuesta a nuestros problemas es una: ¡trabajemos! Alguien dijo: “Luchar para tener éxito sin trabajar duro es como tratar de cosechar donde no se ha plantado.” Ninguno de los secretos del éxito va a trabajar a menos que usted no trabaje.

La Biblia es un libro de fe, no obstante, la palabra trabajo aparece mas de 500 veces. En el libro de Hebreos, capítulo 11, aparece lo que muchos llaman “el hall de la fama de la fe.” Lo interesante es que, para cada personaje que se nombra como héroe de la fe, siempre hay una acción. Veamos unos ejemplos:

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio…
Por la fe Noé, preparó el arca…
Por la fe Abraham, obedeció para salir al lugar que había de recibir…
Por la fe Sara, recibió fuerza para concebir; y dio a luz
Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac
Por la fe Jacob, bendijo a cada uno de los hijos
Por la fe Moisés, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado
Por la fe, Moisés dejó a Egipto
Por la fe, los israelitas pasaron el Mar Rojo

Vemos pues, que la fe no es una teoría, la verdadera fe siempre lleva a la práctica, a la acción. Uno de los apóstoles de Jesús, Santiago, nos dice que “la fe sin obras es muerta.”

El apóstol Pablo nos dice en 2da de Corintios 4:13, “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos.”

Tan importante como es tener fe, es también el objeto de la fe. ¿Fe en qué? El versículo anterior lo dice: “…conforme a lo que está escrito…” Fe en la Palabra de Dios.

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