lunes, 5 de marzo de 2007

¡VIVA LA VIDA! - Parte 1

¡Wao, que bueno es estar vivo! Esta mañana me levanté y le di gracias a Dios por poder abrir mis ojos y mirar el techo, oír la paraulata cantar, sentir el frió entrar por la ventana, tener a mi esposa a mi lado, a mi hija cerca de mi. A veces los problemas y situaciones rutinarias nos hacen perder el foco de las maravillas simples y esenciales que nos rodean, como el hecho que estamos vivos, que respiramos, que podemos saborear un bocado, y apreciar una buena canción, que nuestros ojos pueden ver los millones de colores exhibidos en la naturaleza. Tal vez tu estés pasando en estos momentos de tu vida por un túnel oscuro, y tu vida no parece tener sentido. Tal vez las circunstancias en tu vida no son las mejores, pero déjame decirte: ¡que bueno es estar vivo! ¿Te acuerdas de esa canción de Tierra Rara "I just wanna celebrate"?

I just want to celebrate, yeah, yeah
I just want to celebrate, yeah, yeah

Another day of living,

I just want to celebrate another day of life

La vida es un milagro maravilloso. Si, tu y yo, somos un gran milagro. Tu vida y la mía han sido diseñadas, creadas y ordenadas por el Dios Viviente. El Dios creador del Universo, de la misma manera que El diseñó, creó, ordena, y mantiene todas las cosas creadas, las que se ven y no se ven, las que se conocen y las que no se conocen, también nos ha creado de una manera maravillosa. En el articulo anterior titulado “Indescriptible” aprendimos acerca de la inmensidad de Dios y de Su creación, lo diminuto que somos, y la sublime e inmensa gracia de Dios demostrada a través de Jesucristo Nuestro Señor.

Como recordatorio de lo pequeño que somos y para ponerlo de una manera que lo podamos entender mas claramente, los científicos dicen que si el Sol fuera del tamaño de una pelota de golf, la Tierra sería un pequeño granito a 5 pies de distancia. El Sistema Solar sería casi del tamaño de una pista de de correr, y ¿cuán grande sería la Vía Láctea (nuestra galaxia)? Bueno, sería 6 millones de millas de ancho. Somos pequeños, verdaderamente pequeños.

Esta foto fue tomada recientemente por el telescopio Hubble. Los astrónomos le llaman galaxia NGC 1309, situada a 100 millones años luz de distancia. Nuestra capacidad mental no puede computar tal número o imaginar tal distancia, pero si uno multiplica 100 millones por 5.88 trillones de millas, que es la distancia que viaja la luz en un año, esa es la distancia en la cual se encuentra.

Pero en este artículo, quiero compartir algo un poco diferente. En vez de viajar a través del Universo, como lo hicimos en mi artículo anterior, quiero que aprendamos un poco de lo increíble de otra parte de la creación de Dios: nosotros, los seres humanos; tú y yo. De la única manera que podemos asombrarnos de las maravillas del Universo, es porque Dios nos dio la capacidad intelectual, no solo de darnos un cerebro capaz de crear un telescopio como el Hubble, sino que ha creado un mecanismo súper complejo llamado el ojo con el cual podemos ver con claridad y exactitud Su creación.

Por años yo he sido amante de la fotografía, y he estado al tanto de los adelantos que se han hecho. A pesar de tantos avances y logros humanos, una cámara nunca podrá llegar a duplicar los millones de colores percibidos por el ojo humano. Aún la rapidez de enfoque de la cámara mas avanzada, nunca igualará la velocidad de enfoque del ojo humano. La mejor impresora nunca podrá imitar la visión tridimensional dada por Dios. Has la prueba y mira algún objeto, ahora dirige tu mirada hacia otro objeto. ¿Cuánto tiempo te tomó para enfocar y adaptarte al cambio? Esta función es instantánea, y lo increíble del asunto es que el sentido de la vista es solo una de miles de funciones que ocurren simultáneamente en el cuerpo humano.

El hecho de que podamos ver las maravillas del Universo creado por Dios, es porque Dios nos ha dotado con la capacidad de ver. El ojo es un mecanismo computarizado de los más complejos. La retina tiene 120 millones de conos y varas que distinguen millones de variaciones de luz y colores. Billones de señales son enviadas a través de la vista al cerebro y por ellos podemos observar y apreciar el mundo alrededor de nosotros. El Universo es fascinante, pero aún mas fascinante son las maravillas que encontramos cuando comenzamos a ver y a entender las maravillas de este nuestro cuerpo humano.

La manera que los ojos se forman en el cuerpo de un bebé dentro del vientre de la mujer es impresionante. 1 Millón de nervios ópticos comienzan a desarrollarse y salen del cerebro y 1 millón de nervios salen de la masa de carne del ojo (todo esto ocurre mucho antes de que uno pueda ver, aún antes de tener parpados) y cada uno de estos nervios van al encuentro de su pareja, nervio 14 con el 14, el 5780 con el 5780, y 754.320 tiene que encontrarse con 754.320 cada uno con su número correspondiente. El mismo Dios que creo el cosmos, nos hizo a ti y a mi. El mismo poder que usó para hacer lo inmenso del Universo, lo usó también para crearnos a nosotros, para formar cada una de los detalles únicos de nuestro ser.

El rey David, en uno de los salmos escribió algo tan maravilloso. Con todo lo que se sabe hoy en día a través de la ciencia con respecto a la manera que somos formados genéticamente, es asombroso leer en las escrituras acerca de la soberanía de Dios. La palabra soberanía es una palabra que significa que Dios sabe todo desde la eternidad, EL está en control y nada se le escapa o pasa por alto. El sabe lo que pasa en tu vida al igual que en la mía. Salmo 139:13 dice: “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.” Es decir, que Dios no solo estaba al tanto cuando esos 1 millón de nervios ópticos estaban buscándose entre si, sino que El lo ordenó, El permitió y mandó que tu y yo fuésemos formados. El no solo dijo, bueno vamos a hacer a Rod que mida tanto y que tenga este color de cabello, y que sea flaco, sino que hizo cada detalle que exterior, pero aún mas impresionante, lo interior.

La conclusión es obvia al comprender lo maravilloso de la mano de Dios sobre nuestra creación en el versículo 14: “Te alabaré; porque me formaste de una manera formidable y maravillosa; y esto mi alma conoce en gran manera.” Si, Dios hizo los cielos y la tierra y nos maravillamos al verlos y comprender la inmensidad de ellos, pero nos maravillamos aún mas cuando comprendemos lo fantástico de nuestros cuerpos. El salmista prosigue diciendo: “No fue encubierto de ti mi cuerpo,” en otras palabras, no que Dios mandó que fuésemos creados y después se apartó, sino que El estaba allí durante el proceso de nuestro crecimiento en el vientre de mi madre. “Aunque en oculto fui formado y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni una de ellas.” Dios conoce el primer día de tu vida, y el último también. El sabe cuando y donde uno nace, y cuando y donde uno muere, El lo sabe todo, para El no hay sorpresas. El conoce tus alegrías y tus tristezas, tus altos y también tus bajos, tus fortalezas y tus debilidades, El te conoce, pues El te formó. Todas las cosas que pasan en tu vida El las sabe.


Algunos datos que nos ayudan a comprender el hecho que Dios nos formó “de una manera formidable y maravillosa,” nuestro cuerpo posee 75 trillones de células. 1 trillón son 1000 billones. Si multiplicamos 75 por 1000 billones, ese es el número de células que tenemos en nuestro cuerpo. Cada 4 o 5 segundos, 50.000 de estas células mueren y al mismo tiempo son remplazadas por nuevas células. Esto ocurre todo el tiempo, día y noche, esta reproducción no cesa en la noche, el cuerpo no dice, bueno, ahora que estoy dormido, voy a descansar y dejar de reproducir células.

Para ponerlo en perspectiva y poder entender mejor lo maravilloso que es este nuestro cuerpo, hay 200 billones de estrellas en la Vía Láctea, ¿se recuerdan, nuestra subdivisión en el Universo? Nosotros tenemos 75 trillones de células. Esto es 375 veces más células en nuestro cuerpo que lo que hay estrellas en la Vía Láctea.

El sistema sanguíneo mide 75000 millas de largo entre arterias, vasos sanguíneos y capilares. ¿Qué tan largo es eso? Bueno, es suficiente para darle la vuelta a la tierra 3 veces.

Los científicos recientemente terminaron de decodificar el DNA. Pero entre mas investigan y descubren y decodifican, mas complejo se vuelve. Ya los científicos no usan mas el termino “célula simple.” ¿Una célula simple? Estamos hablando de 50 billones de átomos. Puede haber 2000 proteínas en una célula, y cada proteína contiene miles de aminoácidos. Y si una de esas proteínas deja de funcionar, la célula completa deja de trabajar.

Algo fascinante que los científicos has descubierto acerca del cuerpo humano, es que hay un organismo llamado “Laminin” que es el que hace que todos los otros organismos y partes del cuerpo se sostengan y no se separen o “desbaraten.” Es decir, es como una matriz la cual sostiene y mantiene el cuerpo humano; sin el Laminin, nos desplomaríamos. Lo increíble, fascinante, impresionante, emocionante, bueno, tu comprendes lo que quiero decir, es la manera que los científicos describen este micro-organismo. Presiona el enlace de la foto. Si, Dios te conoce; El está intrínsicamente envuelto en Su creación. El te ama y nos está mostrando por todos lados que El es quien sostiene el Universo, y todas las cosas creadas en él. En el libro de Colosenses capítulo 1 versículo 16 y 17 nos dice que: “Porque por él [Jesucristo] fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas existen por él.”

Si esto es así, y lo es, estas son las implicaciones:
1. Para Dios, tu eres de gran valor y único(a). Si... Dios creo el Universo, pero creó algo mucho más preciado que eres tu y yo. Tú fuiste creado por Jesucristo, como leíste anteriormente que “por El y para El fueron creadas todas las cosas.” Es decir, que tu posees tremendo valor
2. Tú eres una persona de destino. Fuiste creado para El. Aún cuando estos nuestros cuerpos son tan fascinantes, e impresionantes, somos seres mortales, y en esa ventana entre la vida y la muerte, en ese espacio de vida que a cada uno Dios le da, tu tienes un destino dado por El. ¿Qué significa esto? Significa que tú y yo, al entender esto, decidamos buscar a Dios y decirle: Yo quiero que mi vida cuente para lo que Tú me creaste. El sabe cuanto tú vas a vivir. Nosotros la mayoría del tiempo vivimos como si nunca fuéramos a morir. Debemos preguntarle ¿para que me hiciste, Dios? porque quiero vivir completamente en ese destino que Tú tienes para mi, y quiero que los días de mi corta vida cuenten par Ti.

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