martes, 22 de abril de 2008

¿SOY YO UN CRISTIANO? - Parte 3

¿Cómo puede uno saber si una persona es verdaderamente un cristiano? Ese ha sido el tema en los últimos artículos. La fundación que estamos tratando de construir es que no es suficiente el llamarse cristiano. Hay marcas específicas en nuestro carácter que demuestran si lo somos en realidad, o no. Primero dijimos que un cristiano pasa tiempo con Dios. ¿Te gusta orar? ¿Te agrada leer Su Palabra? Después dijimos que el verdadero cristiano no practica pecado. La naturaleza de Dios está en nosotros, y tenemos el poder para decirle que “no” al pecado. ¿Practicas tú el pecado? ¿Sientes remordimiento cuando pecas? Ahora entramos en la tercera pregunta:

3. ¿Amas tu al mundo? Cuando hablamos del mundo, no nos referimos al mundo físico, sino que hablamos del sistema mundial. 1ra de Juan 2:15 y 16 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” La Biblia dice claramente que este sistema mundial está bajo el dominio de Satanás. El diablo tentó a Jesús diciéndole: “A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.” Lucas 4:6.

Hay dos partes en este asunto de amar al mundo: la parte externa, que es manifestada por el tipo de personas con la cual decidimos andar, las actividades que frecuentamos realizar, los lugares que frecuentamos, etc. Preguntas tales como: ¿Me gusta pasar más tiempo con personas no creyente, que con creyentes? ¿Me gusta frecuentar lugares y participar de actividades que no agradan a Dios? La segunda parte es interna porque se manifiesta en nuestros corazones y es evidente en nuestras actitudes. Se puede fácilmente percibir por estos tres deseos o pasiones o concupiscencia o apetitos: gratificación física, lo cual incluye todo tipo de actividad sensual. Gratificación de los ojos, lo cual incluye la obsesión por tener lo que ven nuestros ojos o en pocas palabras, materialismo. Y el orgullo desmedido, producido por las posesiones y logros. El apóstol Juan lo pone de esta manera: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1ra de Juan 2:16

Así que, ¿Cómo te ha ido hasta ahora? El estar seguro que eres un verdadero cristiano traerá mucho gozo a tu vida. Juan dijo: “Estas cosas os he escrito para que vuestro gozo sea cumplido.” 1ra de Juan 1:4 De lo contrario, si estas preguntas te han hecho sentir incomodo, has lo correcto y arrepiéntete de corazón de todos tus pecados, volviendo tu vida a Jesús y haciendo las paces con Dios. El mensaje eterno sigue siendo el mismo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.” Hechos 3:19

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