Hay un balance perfecto en incomodidad y conforte, en ansiedad y paz, en duda y seguridad cuando somos expuestos a las enseñanzas de la Palabra. La exposición correcta de la Palabra me incomoda y expone mis necesidades convenciéndome de mis impedimentos. Pero si la Palabra es predicada en balance, me dirigirá a la gracia y amor de Dios, trayéndome conforte, paz y seguridad. Hay pecado, hay condenación, castigo, tormento, muerte eternal, y si, el infierno es un lugar verdadero. Pero también hay virtud, hay salvación, hay recompensas, hay felicidad, hay vida eterna, y si, hay un lugar verdadero que se llama cielo. Dios muestra la herida para sanarla. Este es el propósito principal de esta serie de artículos. Estar equivocado acerca de tu salvación tendrá los mas catastróficos resultados, así que: corre a los brazos de Jesús. Sigamos con la pregunta número 4:
4. ¿Amas tu a tus hermanos y hermanas, amas a tu prójimo? Si hay un elemento que nos ha sido dado en el momento de nuestra conversión, es el amor. El no amar debería levantar gran sospecha de que nuestra fe y salvación no son genuinas. El apóstol Juan dice en 1ra de Juan 3:14 que “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.” El amor es parte del equipo estándar que recibe el creyente al momento de creer. Romanos 5:5 dice: “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Este es un evento que está en tiempo pasado. Nosotros tenemos el amor, lo que necesitamos es usarlo. Son tus acciones hechas en amor? Es el amor una fuerza predominante en tu vida o es odio y crítica, y envidia? El mejor lugar para probar nuestra autenticidad es el hogar. ¿Amas tu a tu conyugue, a tus hijos, a tus padres y a aquellos que están cerca de ti? ¿Hay necesidades que puedes tú cubrir y ayudar pero no lo haces?
El libro de 1ra de Juan está lleno de pasajes relacionados a este tema. El capítulo 3 continúa así:
15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad
Este es un tema fuerte, y difícil de aceptar, pero mejor es sentirse incomodo y arrepentirse, que ignorar y descartar las oportunidades de gracia que Dios nos da
lunes, 28 de abril de 2008
martes, 22 de abril de 2008
¿SOY YO UN CRISTIANO? - Parte 3

3. ¿Amas tu al mundo? Cuando hablamos del mundo, no nos referimos al mundo físico, sino que hablamos del sistema mundial. 1ra de Juan 2:15 y 16 dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” La Biblia dice claramente que este sistema mundial está bajo el dominio de Satanás. El diablo tentó a Jesús diciéndole: “A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.” Lucas 4:6.
Hay dos partes en este asunto de amar al mundo: la parte externa, que es manifestada por el tipo de personas con la cual decidimos andar, las actividades que frecuentamos realizar, los lugares que frecuentamos, etc. Preguntas tales como: ¿Me gusta pasar más tiempo con personas no creyente, que con creyentes? ¿Me gusta frecuentar lugares y participar de actividades que no agradan a Dios? La segunda parte es interna porque se manifiesta en nuestros corazones y es evidente en nuestras actitudes. Se puede fácilmente percibir por estos tres deseos o pasiones o concupiscencia o apetitos: gratificación física, lo cual incluye todo tipo de actividad sensual. Gratificación de los ojos, lo cual incluye la obsesión por tener lo que ven nuestros ojos o en pocas palabras, materialismo. Y el orgullo desmedido, producido por las posesiones y logros. El apóstol Juan lo pone de esta manera: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” 1ra de Juan 2:16
Así que, ¿Cómo te ha ido hasta ahora? El estar seguro que eres un verdadero cristiano traerá mucho gozo a tu vida. Juan dijo: “Estas cosas os he escrito para que vuestro gozo sea cumplido.” 1ra de Juan 1:4 De lo contrario, si estas preguntas te han hecho sentir incomodo, has lo correcto y arrepiéntete de corazón de todos tus pecados, volviendo tu vida a Jesús y haciendo las paces con Dios. El mensaje eterno sigue siendo el mismo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.” Hechos 3:19
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